El pasado 25 de octubre la ciudadanía chilena despejó cualquier duda respecto de que estaba viviendo un momento constitucional que, al no encontrar vías institucionales de canalización, se convirtió en un momento constituyente. Los orígenes inmediatos de estos momentos se rastrean desde que la protesta popular tomó las calles para exigir mejores opciones en materia de educación y luego una avalancha de sucesivas demostraciones de insatisfacción que convergían en las deficiencias, tanto democrático-procedimentales como de contenido, de la constitución pinochetista de 1980. La gesta de lo que ha sido este proceso que culminó en el plebiscito aprobatorio, por casi el 79% de la ciudadanía, para llamar a una convención constituyente se explica detalladamente en varios artículos de este simposio. Los orígenes de este momento constitucional-constituyente dieron paso a ricos debates sobre cada uno de los aspectos que deberá tratar la convención, sobre su composición paritaria, sus mecanismos de toma de decisiones y los eventuales resultados; así como sobre el papel que tendrá la gente, el pueblo, en el acompañamiento de todo el proceso y finalmente en la decisión sobre su ratificación o no.
Estos debates trascienden el interés del pueblo chileno. América Latina está replanteando sus diseños institucionales de cara a las crisis democráticas que la atraviesan y a los procesos sostenidos de erosión del estado de derecho (i.e. Perú, Brasil, Bolivia, Venezuela). La región no deja de mirar a Chile y debe ser mirada desde Chile en busca de respuestas.
Este simposio, que ocupará el resto de esta semana y los primeros días de la semana entrante, pretende contribuir a esos debates y participar en la deliberación que un momento constitucional como este requiere. Para eso contamos con avezadas académicas y académicos que nos ofrecen su mirada sobre lo que está ocurriendo en Chile y sobre lo que podría pasar o sería bueno que ocurriera en el futuro próximo. En este sentido, el artículo de Domingo Lovera relata cómo las protestas en Chile, que empezaron a escalar con fuerza en 2006 pero estallaron en octubre de 2019, desafiaron la narrativa constitucional de la “constitución plena” con interpretaciones que se transformaron en “constituyentes”. El autor nos ofrece una lectura, desde la concepción de diarquía propia de la democracia representativa, explicativa del proceso que comienza a partir de ahora. Jaime Gajardo Falcón ahonda en el significado de ruptura constituyente y centra su análisis en los tres problemas de la Constitución de 1980: 1) su origen autoritario y la imposibilidad para legitimarla; 2) el establecimiento de un sistema democráticamente deficitario y 3) la opción ideológica neoliberal de la Constitución y la débil inclusión de derechos económicos y sociales. De allí aventura tres componentes esenciales de la ruptura: una demanda de reconocimiento de las excluidas, una demanda democratizadora que permita el autogobierno y la necesidad de un nuevo pacto social inclusivo e igualitario.
El texto de Miriam Henríquez Viñas y Ximena Gauché Marchetti avanza sobre el reto de la paridad en la convención constituyente. Tras hacer un recorrido por experiencias constituyentes de otros países, las autoras relatan el procedimiento establecido para garantizar la paridad de género efectiva en la convención constituyente chilena. Así, las autoras explican el mecanismo cebra y el mecanismo de corrección que lo harán posible y que infundirán una legitimidad fundamental para el proceso constituyente. Ahora bien, Marcela Prieto Rudolphy -en una contribución que ya apareció en ICONnectblog– se pregunta sobre la posibilidad de una reconceptualización feminista de la Constitución chilena. Con especial atención en los movimientos sociales que gestaron el momento actual, la profesora se centra en el movimiento de mujeres y sus aspiraciones constituyentes. Se trata de un movimiento que ha logrado incluir la idea de una convención constituyente paritaria pero que tiene el desafío de plasmar en el documento final las garantías para la efectiva igualdad de género, lo que puede topar con los mecanismos previstos para la toma de decisiones. En ese sentido la aportación de Sergio Verdugo que se enfoca en la regla de los 2/3 para la toma de decisiones en la convención constituyente. El profesor advierte dos posturas constitucionales que se disputan la mejor forma de solventar los problemas que la constitución de 1980 plantea: una evolucionista o de cambio gradual frente a otra constituyente o de cambio total. Ante la imposibilidad aparente de conciliar dichos modos de pensar, Verdugo propone una aproximación pragmática que permita la cooperación y la construcción de confianzas entre políticos rivales. Finalmente, Isabel Aninat en su contribución, también aparecida en ICONnectblog, pone el énfasis en otro grupo social que es parte central del reclamo constituyente: los pueblos indígenas. Aninat resalta la necesidad de que la convención reconozca la pluralidad cultural presente en Chile (que incluye 10 pueblos indígenas diferentes entre sí) para transformar las relaciones entre estos y el Estado. Ahora bien, qué tipo de reconocimiento se hará y con qué alcances, es un tema controvertido que tiene grandes implicaciones prácticas, sobre todo relacionada con los derechos específicos.
Estamos seguras de que este simposio será del mayor provecho para nuestra comunidad interesada por los desarrollos del derecho público en la región. Será, sin duda, uno de los muchos simposios y post que publiquemos en IberICONnect con el fin de fortalecer la deliberación sobre los procesos constitucionales latinoamericanos.
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Buen artículo, gracias!