González Jácome, J. (2019) Revolución, democracia y paz. Trayectorias de los derechos humanos en Colombia (1973-1985), Bogotá D.C.: Tirant Lo Blanch, Universidad de los Andes


“(…) Si bien pareciera existir un alfabeto general formado por los derechos humanos, también es cierto que es posible armar muchas palabras distintas con las letras de ese alfabeto.”((González Jácome, J. (2019) Revolución, democracia y paz. Trayectorias de los derechos humanos en Colombia (1973-1985), Bogotá D.C.: Tirant Lo Blanch, Universidad de los Andes, p. 210.))

Si los derechos humanos “han sido un campo de vida y sobre todo de muerte en Colombia”(pág. 14), la academia tiene muchas explicaciones que dar sobre por qué un discurso normalmente juzgado por su ineficacia ha costado tantas vidas en nuestro país. Si ser defensor de derechos humanos equivale a aproximarse temerariamente a la muerte, no deberíamos por lo menos tratar de entender ¿por qué y desde qué marcos explicativos hemos construido los conceptos e imaginarios que asociamos a un discurso cargado de potencial emancipatorio? ¿Qué se esconde detrás de las dicotomías que explican el comportamiento de quienes han elegido esta bandera para resistir a escenarios de guerra y exclusión como héroes románticos o guerrilleros disfrazados de civiles? ¿Cómo lograr que el hastío de la violencia y el sentimiento de paz frustrada en nuestro país no nos impidan revisitar históricamente un pasado que podría arrojar algunas respuestas, o quizá, y de manera aun más interesante, nuevas preguntas?  

El libro Revolución, democracia y paz. Trayectorias de los derechos humanos en Colombia (1973-1985), de autoría del profesor Jorge González Jácome, es una importante contribución a la literatura académica en Colombia para empezar a responder estos y otros interrogantes. Aun cuando son muchos sus aportes, que van desde la calidad literaria a la riqueza de fuentes de todo tipo, este texto corto tiene como objetivo presentar por lo menos tres ideas que el libro desarrolla y que considero vitales para abrir paso a nuevas discusiones en los campos de la teoría jurídica y política, el derecho internacional de los derechos humanos, la historia del derecho y la historia como disciplina. En primer lugar, el libro pone de presente la naturaleza discursiva de los derechos. El profesor González Jácome ubica en el centro de la discusión a los derechos humanos entendiéndolos como un discurso que sitúa y problematiza históricamente. Desde este escenario el discurso de los derechos humanos se aleja del ámbito de la universalidad, la coherencia y la determinación, para abrazar su carácter caótico e indeterminado, explicándolos políticamente. El esfuerzo implica abandonar visiones sobre simplificadas en las que el derecho se considera únicamente texto adoptado y avanza en busca de una historicidad perdida que complejiza su aparición y devuelve vida a los actores que participaron en su construcción y apropiación. Desde la historia que nos presenta el libro, el discurso de los derechos, legitimado y legitimador, no tiene el poder que aparenta. El derecho se nos presenta desnudo, sin ropajes asociados a nobles ideales o tintes de anticipada sospecha y el lector se enfrenta a una aventura que le permite descubrir y navegar por diferentes lenguajes discursivos y marcos ideológicos que resignifican la Colombia de los años 70 y 80. 

En segundo lugar, abre una puerta para que las historias de los derechos humanos proliferen1. Desde esta perspectiva, desafía con urgencia a las historias globales que, aun cuando han superado historias planas o con poco poder explicativo en la materia que siguen reproduciéndose y alimentando los programas de enseñanza de las facultades de derecho, siguen desconociendo los contextos locales. Así, invita a desplegar un ambicioso proyecto historiográfico que se centra en historiar trayectorias, dar cuenta de su coexistencia con discursos de diversa naturaleza, pensamientos, mentalidades y estrategias de los actores de una época que se cree sobre diagnosticada y que se suele etiquetar simplemente como violenta. Si el libro nos presenta un periodo entre 1973 y 1985 donde los derechos humanos hacen gala de apuestas redistributivas; otras dirigidas a revaluar la democracia colombiana o apostarle a la construcción de paz, ¿qué otras trayectorias pueden reconstruirse si nos permitimos seguir jugando con diversas escalas? Si la historia nos permite escuchar voces y textos hasta ahora silenciados, ¿qué otras pistas nos estamos perdiendo?

En tercer lugar, el libro nos permite repensar la utopía2. No solo la maximalista de la revolución socialista, o a la minimalista, que emplea al derecho como reivindicación de unos mínimos morales en tiempos de humanidad perdida, sino también la utopía que encierra en sí mismo el discurso de los derechos. Esa sobre la cual hemos construido identidades e importantes significantes simbólicos, con los que el autor también dialoga en el texto. Su sugestiva pregunta final invita a la academia a tomarse en serio el discurso de los derechos humanos para redimensionar dicha utopía: “Si cerca de cuarenta años de activismo en derechos humanos no puede detener este tipo de acciones (refiriéndose a la violencia y al asesinato sistemático de líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia), ¿por qué insistimos en resistir desde este discurso?”3

El libro explica, a mi juicio, el despliegue de las trayectorias de los derechos humanos desde proyectos asociados a la insurgencia y a la izquierda colombiana, aun cuando esto se dé en sus primeros momentos. Eso explicaría por qué, aun cuando existan (y el autor así lo prueba) voces conservadoras movilizando el discurso, perviva una historia estereotipada que relaciona izquierda colombiana y derechos humanos. Esta relación, sin duda alguna, participa de una historia más amplia, donde la izquierda y la insurgencia se unen peligrosamente y se reducen a un enemigo colombiano, conocido y atacado históricamente desde nuestros marcos de guerra4. La historia que nos cuenta González Jácome nos muestra el “sin piso” de estas relaciones y demuestra por el contario, el uso estratégico que actores diversos hacen del discurso al entenderlo como poder. Desde este escenario, no todos los defensores de derechos humanos son de izquierda, pero cargan de manera inconsciente el peso de una historia que conocemos parcialmente, que victimiza y que ya no dice mucho políticamente. 

No creo en unas trayectorias que marcan de manera diferenciada, apuestas y renuncias. Creo en trayectorias sobrepuestas, tan conflictivas como el conflicto mismo. Pienso que escalas, aun más domésticas, revelarían sujetos que resisten todavía desde este discurso porque les produjo la identidad que hoy abrazan, una identidad desde la que piden paz sin que sepamos en qué consiste y donde, su denuncia profunda de la desigualdad y el llamado a redistribuir la riqueza, les sigue costando la vida. Veo también un intento ordenador del discurso de los derechos humanos a lo largo del tiempo. Un afán por liberalizarlo y purificarlo de su izquierdosa e inquietante historia. Una apuesta formalista que coopta su contenido, y que nos hace olvidar y cuestionar sus promesas. Veo un sinfín de nuevas preguntas. De ahí la importancia de pluralizar estas historias, analizando tantas variables como sea posible, al tiempo que nos desplazamos geográficamente en busca de nuevas voces e interpretaciones.

El libro de González Jácome revive y pone en jaque el discurso de los derechos humanos, por ello, siguiendo su invitación, deberíamos estar dispuestos a transitar más allá del discurso, pese a nuestro humano deseo de ubicarnos al otro lado de él5, ahí donde se aloja la utopía incuestionada, el derecho como sinónimo de justicia, la transparencia en apariencia apacible, la linealidad, la universalidad… la regla. Si la invitación es la crítica, es importante atenderla, nuevos proyectos académicos esperan al autor y a quienes nos animemos a seguirlo. Después de todo, más allá del derecho no existe el vacío6, solo espacios que aun no nos aventuramos a entender.


Cita recomendada:  Tania Luna Blanco. “Resistiendo desde un discurso sin historia: Revolución, democracia y paz. Trayectorias de los derechos humanos en Colombia (1973-1985). Un libro para repensar la utopía” IberICONnect,  14 de julio 2021. https://www.ibericonnect.blog/2021/07/resistiendo-desde-un-discurso-sin-historia-revolucion-democracia-y-paz-trayectorias-de-los-derechos-humanos-en-colombia-1973-1985-un-libro-para-repensar-la-utopia/

  1.  En un trabajo previo González Jácome anuncia la importancia de la crítica en el derecho aun cuando se subestime su aporte: “Pero la crítica no promete la seguridad de elegir bien: promete una pluralidad liberadora para que las opciones proliferen” En: González Jácome, J. (2017) “Los debates sobre la historia del derecho: de las teorías reflejo a la relativa autonomía del campo jurídico”, en:  González Jácome, J. et al. Historias Críticas del Derecho. Bogotá D.C.: Siglo del Hombre Editores, Universidad de los Andes. []
  2. Es interesante ver al autor dialogar con Samuel Moyn problematizando La Última Utopía (1972) en el contexto colombiano. De esta manera, reconoce junto a Moyn el peligro de monumentalizar la historia de los derechos humanos y abraza de igual forma su naturaleza contingente, pero, alejándose de esta perspectiva teórica, reclama una historia problematizada para Colombia y América Latina, capaz de ofrecer mejores explicaciones a su persistencia y coexistencia con pasados y presentes violentos de diverso tipo. González Jácome, J. (2019), p. 15. []
  3. Ibídem, p. 213. []
  4. Butler, J. (2016). Frames of war. When is life grievable? Verso Books: Londres-Nueva York. []
  5. Foucault. M. (1975). El orden del discurso. Tusquets: Barcelona. []
  6. Jaramillo, I.C. (2003) “Instrucciones para salir del discurso de los derechos”, en: Jaramillo, I.C., et al. La crítica de los derechos. Bogotá D.C.: Siglo del Hombre Editores, Instituto Pensar, Universidad de los Andes, Facultad de Derecho, 2003, p. 42. []

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