Imagen tomada de las redes sociales de la Universidad Externado de Colombia

«Desde su vuelo un pájaro cae, 

un pájaro que muere pájaro.

que vuela hasta el fin de su caída» 

(Hugo Mujica, Lluvias, Externado, 2020, Un libro por centavos)


Recordar a Juan Carlos Henao en unos pocos renglones es realmente dificil. Se  podría describir como un gran jurista, expresidente de la Corte Constitucional, ex Rector de la Universidad Externado de Colombia, miembro del equipo que contribuyó en el proceso de paz para los diálogos de la Habana y en la construcción de las ideas que impulsaron la justicia transicional, un admirador de Francia y su cultura, en donde le otorgaron el doctorado Honoris Causa en la Universidad de Montpellier en el 2012, entre otras muchas cosas. Sin embargo, lo que mejor describe a Juan Carlos Henao, eran sus cualidades humanas, era una persona carismática, brillante, generosa y progresista. También era una persona que podría dimensionar lo fundamental con mucha facilidad, era un visionario. 

Lo caracterizaban su amor por su familia, la Universidad Externado, la Corte Constitucional, pero sobretodo por su país. Su interés fue siempre lo social, la defensa de la libertad, la búsqueda de caminos de concordia, en pensar en los más débiles y desfavorecidos, en salir del conflicto y en las luchas por los derechos de las minorías discriminadas como por ejemplo los homosexuales, las trabajadoras sexuales, los campesinos, las madres cabeza de familia, los recicladores, entre muchos otros. 

Conocí al Doctor Henao cuando fue mi profesor de responsabilidad y daño en la Universidad Externado en 1993, era un profesor que se salía de los moldes, su lenguaje coloquial y descomplicado, sus chalecos elegantes, su cigarrillo, pero sobretodo el amor por la academia, el respeto hacia esta, y la disciplina para lograr la excelencia, con una clase con ejemplos sencillos para explicar conceptos jurídicos complejos. Creo que lo que más le gustaba ser, era ser docente. Alguna vez me dijo, la «academia paga», y me explicó que era una frase que se la había dicho el Doctor Hinestrosa. También comprendí que para lograr que la academia pagará, había que trabajar en ella concienzudamente y con cariño, no por los réditos fáciles del dinero o del poder, que son simplemente acontecimientos fortuitos, sino por la idea de que la academia paga con creces en cada semilla que sembramos en los seres humanos que educamos, a través de la enseñanza y la búsqueda del conocimiento, pero sobretodo con los principios y la ética del ejemplo de los que nos hablaba Wittgenstein. 

Juan Carlos Henao era caleño y lo respiraba por todos los poros, en su modo de hablar, en sus refranes, en la salsa, que bailaba muy bien, y en su tropicalidad en las formas y en el trato directo. Hijo de un médico de Cali, ginecostreta, y de una comunicadora social, que estudió cuando ella ya tenia cuarenta años. Ellos eran sus referentes. Su padre era su norte en la vida académica y profesional, pero su mamá lo marcó en la cultura, en el gusto por la literatura y los viajes y la búsqueda de la libertad, en la que siempre creyó. El Doctor Henao pasó gran parte de su vida en Francia, en donde hizo su doctorado en la Universidad Paris II, su tesis sobre «El daño», es uno de los los libros más importantes sobre la materia, y texto de referencia en muchos países. 

En la Corte Constitucional se destacó como un gran jurista, por el respeto por las ideas contrarias, pero también por buscar consensos y fijar posiciones. Uno de los votos más importantes del que hizo parte, fue el de la no reelección del Presidente de la República por una segunda vez, mediante el mecanismo del referendo reeleccionista, Sentencia C- 141 de 2010, no solo por vicios de forma, sino por elementos sustanciales derivados del juicio de sustitución de la Constitución. Este fallo histórico protegió la democracia constitucional en Colombia por la tutela de los principios de separación de poderes, Estado de Derecho y alternancia del poder. 

En la Corte también fue ponente de la decisión sobre los derechos laborales de las trabajadoras sexuales – sentencia T – 629 de 2010 – el auto de seguimiento en protección de los derechos de los recicladores (Auto 84 de 2012), los delitos sexuales en las comunidades indígenas – T-001 de 2012 – la  despenalización de la dosis mínima – C- 574 de 2011 -, la prohibición de reforma constitucional para eludir los principios de mérito y concurso público – C-249 de 2012 – ,  la posibilidad de llevar mascotas en Transmilenio –  C- 439 de 2011 – el de no ser discriminado para poder darse un beso por parte de una pareja homosexual en un Centro Comercial – T – 909 de 2011 –  los derechos de los futbolistas – T- 740 de 2010 -, la posibilidad de entregar pañales y paños a personas de la tercera edad – T- 233 de 2011, la sentencia que garantizaba que se contabilizarán las semanas que se habían obtenido como sacerdote a una persona que se había retirado y se había dedicado luego a la docencia para garantizar su pensiónSU – 189 de 2012 y la sentencia de la prohibición de las megapensiones en donde participó como Conjuez C – 258 de 2013. También participó en muchas otras decisiones que protegieron los derechos de las personas más desventajadas como las comunidades negras, las madres cabeza de familia, las comunidades indígenas, las personas de la persona edad, para que se garantizara la práctica del aborto y en el primer fallo que permitió garantizar el matrimonio igualitario para parejas del mismo sexo – C – 577 de 2011 – . 

Juan Carlos Henao fue Presidente de la Corte Constitucional en el año 2011, año en que se organizó uno de los Encuentros de la Jurisdicción Constitucional más importantes de la historia de la Corte Constitucional – El VII Encuentro «Diálogos por el Mundo» -, en donde participaron juristas y académicos como Jon Elster, Robert Alexy, Vicky Jackson, Mark Tushnet, su gran amigo Dominique Rousseuau, entre otros. 

Dejó la Corte Constitucional en marzo del 2012 para ocuparse de la rectoría del Externado de Colombia, cargo al que fue elegido, con el fallecimiento de su maestro Fernando Hinestrosa, quien siempre fue su guía, consejero y amigo. Ocupó la rectoria del Externado de abril de 2012 a abril de 2021, en un momento de transición del Externado, en donde contribuyó a fortalecer la institución desde la Academia, con proyectos editoriales entre las distintas facultades como «Así habla el Externado» que dio lugar a publicaciones sobre la minería, la corrupción y la irrupción de las nuevas tecnologías; las ayudas financieras para los estudiantes más desfavorecidos y vulnerables, la continuidad de los programas de internacionalización y modernización de la Universidad con la inauguración de los nuevos edificios H e I y la puesta en marcha del proceso de utilización de las nuevas tecnologías en el campus. En dicho período le tocó afrontar la primera parte de la pandemia del Covid – 19, en donde la Universidad estuvo siempre cumpliendo su labor educativa. Sus lemas, que llevaba con dignidad, era que la Universidad fuera la más públicas de las universidades privadas, facilitando el acceso a las personas menos favorecidas y garantizar un continuismo ascendente de lo que fue el legado de su maestro el doctor Hinestrosa. Visitaron el Externado durante esta época el economista Thomas Picketty y la premio nobel de literatura Svetlana Aleksiévich, entre otras personalidades. Juan Carlos Henao como rector fue siempre una persona abierta al diálogo, cercano a los profesores y estudiantes, en una relación directa y franca, y respeto estricto a la critica de su labor.  

Durante los diálogos de la Habana fue asesor del Presidente Juan Manuel Santos para ocuparse de los temas relacionados con la justicia transicional. Allí tuvo la oportunidad de incidir en el proceso de paz en un momento clave para el país, siempre pensando en los derechos de las víctimas a la verdad, justicia, reparación y condiciones de no repetición con la creación de la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), modelo que siempre defendió de manera valiente. 

Fui Magistrado Auxiliar de Juan Carlos Henao, junto con Magdalena Correa y Adriana Guillén. Allí trabajamos durante más de dos años con un equipo extraordinario, muchos de los miembros del equipo se convirtieron en mis grandes amigos. El Doctor Henao siempre con su vitalidad con la búsqueda de nuevas ideas a través del derecho comparado y los principios generales del derecho nos inspiraba con un entusiasmo sin límites. Nos dimos cuenta de su disciplina, del amor por el trabajo y de la responsabilidad que implica el servicio público. Esta disciplina y trabajo incansable lo combinaba con su gran humor, su sabiduría y el solucionar los problemas complejos a través del sentido común y el instinto jurídico. Había que buscarle la comba al palo a cada caso difícil, e ir para adelante como el elefante cuando el asunto no era tan fácil de resolver, porque al final cada proyecto significaba el destino de una persona, de una población, el futuro del país o de las instituciones, siempre en el marco de los principios de la libertad, dignidad y tolerancia. 

Su cremación privada fue ayer, la voluntad del profesor Henao era que lo despidieran en su casa de estudios el Externado de Colombia. Esta despedida se realizará el próximo 15 de enero a las 12 del día en el Auditorio Máximo de la Universidad. De mi parte ayer tuve una despedida especial con él, pasé por al frente de su apartamento, miré su ventana en donde a veces se le veía trabajando, y me despedí íntimamente de él agradeciéndole lo que hizo por mi siempre con detalles de generosidad, de buenos consejos y de respeto y admiración mutua. 

Gracias Doctor Juan Carlos Henao por su confianza y el haberme dado la oportunidad de trabajar con usted. Un saludo de solidaridad y condolencias a Vicky, su «bicoca», el amor de su vida, y a sus hijas, María Emilia y Adelaida, a las que amó sin límites y actuó como un padre extraordinario. También a la familia y amigos más cercanos, que lo son muchos. Paz en la tumba de un gran jurista, pero sobretodo a un gran ser humano que nos enseñó que los buenos árboles mueren de pie.


*Nota publicada previamente en el blog personal del profesor Gonzalo Ramírez Cleves

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