Podría decirse que la buena administración es algo consustancial a la propia idea y existencia de la Administración pública –su alma-, si bien es en los últimos años cuando parece haberse despertado un interés por ponerla en valor, por dotarla de efectos jurídicos incluso, otorgarle una nueva dimensión como pilar del orden jurídico administrativo, pues la misma, como noción jurídica que es, debe impregnar todo el universo jurídico-administrativo y, en especial, las relaciones entre la Administración y la ciudadanía. Valga mencionar su reconocimiento como derecho fundamental en el art. 41 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea […]