Hay un encanto natural en aquellas personas que se mueven por el mundo con nobleza de espíritu, claridad mental y generosidad solidaria. Son personas confiables. Si además visten, caminan y usan los modales con elegancia, tenemos a Eugenio Bulygin. Le conocí, personalmente, en 1991, en la inauguración del I Seminario “Eduardo García Máynez” sobre Teoría y Filosofía del Derecho, en la Ciudad de México. El Seminario sirvió de ocasión para dar continuidad a un intercambio de ideas y de escritos con Ulises Schmill en torno a los áridos pero sesudos problemas sobre las relaciones entre Lógica y Derecho. Pero, también, […]